Cuando regentaba el negocio familiar de hostelería nunca imaginé que podría vivir de la escritura.
Estudié Marketing en ESIC Valencia, una escuela de negocios.
Tras 5 años de estudio, mis primeras experiencias laborales transcurrieron de departamento comercial en departamento comercial para acabar descubriendo que eso no me llenaba profesionalmente.
En 2008 me hice cargo del negocio familiar empujado por la crisis económica que atravesaba el país.
Unos años más tarde, la frustración se apoderó de mí, me sentía atrapado en la carrera de la rata, no estaba explotando mis capacidades.
Sentía que me estaba perdiendo algo ahí afuera, algo que me estaba esperando.
Estaba atrapado entre la desazón y la idea de que era tarde para cambiar el rumbo de mi vida.
Me armé de valor y decidí retomar el contacto con el mundo del Marketing para descubrir cuánto había cambiado, el cambio siempre nos otorga nuevas oportunidades.
Este primer tímido contacto con el nuevo marketing despertó ese espíritu de superación tanto tiempo dormido.
Primero descubrí el SEO y después el Copywriting.
Más tarde fuí investigando a los grandes copywriters de la historia, David Ogilvy, Eugene Schwartz, Gary Halbert, Claude Hopkins y muchos otros.
Quedé fascinado con ellos, esa combinación de psicología y ventas me voló la cabeza.
Ellos prendieron la chispa que hoy alumbra mi existencia.
Descubrí que la escritura persuasiva era a lo que quería dedicar el resto de mi vida.
Tras unos duros primeros años, compaginando el trabajo en el negocio de hostelería y el estudio, di el salto al mundo profesional de la redacción publicitaria, del copywriting.
Siempre disfruté de la lectura y durante algunos periodos de mi vida escribí sobre cosas insignificantes para el resto del mundo.
Escribía solo por el mero hecho de liberar espacio, desahogarme o experimentar el reto que supone traducir en palabras los pensamientos y sensaciones que pasaban por mi cabeza.
Era como un juego.
Hoy es mi profesión y la adoro.
Arturo Rosales,
Copywriter.